Las diferencias y revanchas políticas en los municipios de la región Ciénega de Chapala parecen ser prioridad entre los actores políticos que rebasan en muchos casos las ideologías y la misión de fomentar mejores niveles de vida en la población.
Y es que esto de despreciar lo que realizan u ofrecen fuerzas políticas diferentes a los partidos en el poder en los municipios no es nada nuevo y esto ha traído consecuencias bastante graves como cuando el primer presidente municipal de Jiquilpan emanado del PRD, Alberto Novoa Gudiño, se negó a que el gobierno estatal, del priista Martínez Villicaña, instalara en este municipio lo que ahora es el hospital regional de Sahuayo cuyos nacimientos han inflado de manera alarmante la densidad poblacional de aquel municipio lo que ha traído incrementos en las percepciones federales y estatales.
De acuerdo a la persona que comisionó el Gobernador Martínez Villicaña para ubicar en Jiquilpan el terreno donde se construiría el hospital, la negativa del edil Novoa fue porque eso podría molestar al Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas que en ese entonces se volvía la referencia de la Izquierda mexicana.
Si las revanchas políticas afectan a los municipios también la falta de memoria es factor para que las localidades no alcancen el desarrollo plenamente, todavía se comenta en palacio municipal de Jiquilpan el berrinche que hizo el regidor de Obra Pública Abel Vargas cuando cuestionó sobre quién demonios había autorizado la construcción de un módulo de seguridad en medio de la calle en el fraccionamiento Colinas del Paraíso, el enojo hubiera tomado proporciones descomunales si uno de sus compañeros regidores no le hubiera avisado que la construcción fue autorizada por cabildo.
Y como la política es un asunto de moda y modernidad, en el municipio de Villamar no quieren quedarse al margen del movimiento de alianzas que se han venido generando en todo el país y, de acuerdo a directivos del comité municipal del PRD en esta localidad ya van avanzadas las negociaciones con el PRI para buscar en alianza la presidencia municipal que lleva ya 5 años en poder del PAN, el meollo de las negociaciones es ver quién encabezaría esta alianza y todo hace pensar que sería el perredista ex alcalde Sergio Ruiz Andrade quien, por cierto, no tiene sumadas todas las voluntades de su propio partido.
Finalmente y el ejemplo más graves de revanchas políticas no es meramente administrativo si no económico pues mientras en la región de Lázaro Cárdenas, el municipio ha solicitado a las autoridades pertinentes se gire orden de aprehensión contra José Luis Marina Cortés, representante de Proliquidez por lo que llaman estafa con el proyecto de Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos (ABC de Michoacán 06 de julio del 2010) en los municipios de Sahuayo, Villamar, Venustiano Carranza y Jiquilpan, donde se pagó la misma cantidad, para el mismo proyecto y a la misma empresa, nadie ha dicho ni hecho nada y eso que para ubicar a uno de los responsables basta buscar en una de las dependencias municipales del ayuntamiento de Morelia.
Y es que esto de despreciar lo que realizan u ofrecen fuerzas políticas diferentes a los partidos en el poder en los municipios no es nada nuevo y esto ha traído consecuencias bastante graves como cuando el primer presidente municipal de Jiquilpan emanado del PRD, Alberto Novoa Gudiño, se negó a que el gobierno estatal, del priista Martínez Villicaña, instalara en este municipio lo que ahora es el hospital regional de Sahuayo cuyos nacimientos han inflado de manera alarmante la densidad poblacional de aquel municipio lo que ha traído incrementos en las percepciones federales y estatales.
De acuerdo a la persona que comisionó el Gobernador Martínez Villicaña para ubicar en Jiquilpan el terreno donde se construiría el hospital, la negativa del edil Novoa fue porque eso podría molestar al Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas que en ese entonces se volvía la referencia de la Izquierda mexicana.
Si las revanchas políticas afectan a los municipios también la falta de memoria es factor para que las localidades no alcancen el desarrollo plenamente, todavía se comenta en palacio municipal de Jiquilpan el berrinche que hizo el regidor de Obra Pública Abel Vargas cuando cuestionó sobre quién demonios había autorizado la construcción de un módulo de seguridad en medio de la calle en el fraccionamiento Colinas del Paraíso, el enojo hubiera tomado proporciones descomunales si uno de sus compañeros regidores no le hubiera avisado que la construcción fue autorizada por cabildo.
Y como la política es un asunto de moda y modernidad, en el municipio de Villamar no quieren quedarse al margen del movimiento de alianzas que se han venido generando en todo el país y, de acuerdo a directivos del comité municipal del PRD en esta localidad ya van avanzadas las negociaciones con el PRI para buscar en alianza la presidencia municipal que lleva ya 5 años en poder del PAN, el meollo de las negociaciones es ver quién encabezaría esta alianza y todo hace pensar que sería el perredista ex alcalde Sergio Ruiz Andrade quien, por cierto, no tiene sumadas todas las voluntades de su propio partido.
Finalmente y el ejemplo más graves de revanchas políticas no es meramente administrativo si no económico pues mientras en la región de Lázaro Cárdenas, el municipio ha solicitado a las autoridades pertinentes se gire orden de aprehensión contra José Luis Marina Cortés, representante de Proliquidez por lo que llaman estafa con el proyecto de Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos (ABC de Michoacán 06 de julio del 2010) en los municipios de Sahuayo, Villamar, Venustiano Carranza y Jiquilpan, donde se pagó la misma cantidad, para el mismo proyecto y a la misma empresa, nadie ha dicho ni hecho nada y eso que para ubicar a uno de los responsables basta buscar en una de las dependencias municipales del ayuntamiento de Morelia.
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