Entre claroscuros los municipios michoacanos entran en la recta final de su administración que será marcada por el matiz político que se dará a cada una de sus acciones ya que, de manera innegable, todo aquello que se realice tendrá fines político electorales.
Sería risible, increíble y hasta jocoso que a estas alturas del partido algún cándido alcalde nos viniera con el cuento de que las obras que se realizan de aquí en adelante no tienen nada que ver con el proceso electoral que se avecina.
Pero mientras los ediles, regidores y funcionaros municipales descubren la forma de destinar recursos a las campañas de los candidatos de sus partidos sin que la molesta ciudadanía comience a cuestionar los nombres de los potenciales aspirantes comienzan una danza que por momentos llega a ser embriagadora y en ese tenor algunos priistas están apostando por el retorno triunfal de Fausto Hernández Guzmán a la presidencia de Jiquilpan.
Y es que don Fausto, amigo de Salinas y de la bohemia, fue uno de los alcaldes que con mayor éxito logró un clima de tranquilidad en la población; en el mismo partido hay quien demanda que Juan Manuel Figueroa retome las riendas del cabizbajo y meditabundo PRI local que ha perdido los bártulos bajo la incierta y muchas veces errática dirección de Juan Manuel Heman al que ya le advirtieron que de ninguna manera los priistas jiquilpenses se someterán a los caprichos del grupo Sahuayo encabezado por el diputado local Alfredo Anaya lo que implica un severo desacuerdo entre los distintos grupos de este municipio.
Mientras tanto en el PRD de Jiquilpan todo parece indicar que le quedan pocos cartuchos útiles al grupo dominante pues ante el rumor de que el alcalde Francisco Mora pudiera solicitar licencia para participar en la contienda electoral ya como candidato o como equipo de apoyo se ha manejado la versión de que el Síndico Municipal Martín Corona está más que listo para ocupar el puesto que quedaría libre por el resto de la administración aunque, habría todavía que ventilar en sindicatura algunos asuntos que, por causas desconocidas, no se han ventilado ante la opinión pública y que, créame, no ponen en riesgo ni la gobernabilidad, ni la estabilidad ni la seguridad del municipio, argumentos harto utilizados por la municipalidad para restringir información.
Pero, hay otro sector tanto del PRD de este municipio como del cabildo que ve muy lejana la posibilidad de que el presidente se desprenda del único bastión que puede ofrecer en caso de sumarse a una campaña.
Aunque los que sí tienen memoria dicen que lo ocurrido el 20 de noviembre del 2010 en el desfile del Centenario de la Revolución en Jiquilpan es un episodio negro que podría pesar en las aspiraciones del actual edil de Jiquilpan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario