domingo, 15 de agosto de 2010

Agoniza la industria del huarache artesanal en Sahuayo.


Son los peleteros y los distribuidores quienes se quedan con la mayor parte de las ganancias de productores de huarache artesanal, dijo José Frutos Arceo, uno de los 6 artesanos que aún se resisten a la industrialización de esta actividad.
Pese a ser una de las industrias emblemáticas de este municipio junto con la fabricación de sombrero, los escasos apoyos a pequeños talleres de fabricación artesanal de huarache ponen en riesgo un oficio que ha sido enseñado de generación a generación.
“Ha decaído bastante, habremos ya muy pocos que hacemos este tipo de huarache, unos cinco o seis, es huarache hecho completamente a mano, hay algunos que se ayudan un poco con los suajes, pero lo demás es pura mano, pura mano”
Entre los huaraches que se fabrican de manera artesanal se encuentran el Pachuco y el Santana que además de requerir mucho más trabajo son de los modelos que menor demanda tienen en el mercado por ende su precio es menor al resto de los modelos.
Un cliente en los mercados de Guadalajara, Colima y otras capitales llega a pagar entre 120 y 130 pesos por un par de este calzado realizado de manera tradicional, sin embargo el artesano apenas percibe 80 pesos.
“Las ganancias se las llevan el peletero (vendedores de piel) y el intermediario porque ellos nunca pierden y el trabajador siempre está igual, con la bolsa seca”; es de señalar que Sahuayo y de manera concreta los productores de huarache implementaron hace unos años en colaboración con la Secretaría de Desarrollo Económico de la entidad el proyecto de Plaza de Huaracha que, según el entrevistado sólo significó pérdidas a las partes involucradas.
Ante las pocas ventas, las magras ganancias y las pocas personas que se dedican a la producción artesanal de huarache esta actividad tiende a desaparecer ante la imposibilidad de competir contra la producción industrializada.

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