Caprinocultores de la Ciénega de Chapala dijeron estar indefensos ante los grandes corporativos que procesan leche de cabra ya que son estas empresas quienes fijan el precio de compra a su antojo.
De manera concreta criadores de cabras de la región de Francisco Sarabia al norte del municipio de Jiquilpan lamentaron la falta de atención por parte de las autoridades locales y estatales para brindar apoyo a esta vertiente de la ganadería que representa en la Ciénega un ingreso económico para al menos 800 familias de municipios como Jiquilpan, Villamar, Sahuayo, Venustiano Carranza y Marcos Castellanos.
El problema, de acuerdo al propietario Manuel Hernández Delgado de Francisco Sarabia es que tanto las empresas como los intermediarios están ahogando a los productores: “Vienen unos de Zamora o de Jamay (Jalisco) y le pagan a uno a 4.25 el litro de leche y ellos la venden a la Nestle o a las procesadoras de Jalisco y a nosotros nos queda nada”.
Por lo regular la crianza de cabras o chivas es una actividad que involucra a todos los integrantes del núcleo familiar que se dividen las labores de pastoreo y ordeña que se realizan en patios o corrales sin las regulaciones sanitarias mínimas lo que, de acuerdo al entrevistado es uno de los pretextos de los intermediarios para reducir el precio de compra de la leche.
“Nos piden pruebas de laboratorio para pagarnos mejor pero no tenemos dinero para eso, si fuéramos criadores de vacas sería otra cosa a ellos sí les dan apoyos el gobierno”.
Agregó que sumado a las carencias que vive este sector los productores de leche de cabra sufren de manera recurrente la pérdida de unidades de producción tanto por el robo como por los ataques de animales ya que los animales son pastoreados cerca de los drenes donde continuamente son atacados por los perros de los agricultores.
“Nos roban y nos matan los animales y cuando uno va a denunciar no hacen caso porque dicen que cómo van a investigar el robo de un chivo”.
De manera concreta criadores de cabras de la región de Francisco Sarabia al norte del municipio de Jiquilpan lamentaron la falta de atención por parte de las autoridades locales y estatales para brindar apoyo a esta vertiente de la ganadería que representa en la Ciénega un ingreso económico para al menos 800 familias de municipios como Jiquilpan, Villamar, Sahuayo, Venustiano Carranza y Marcos Castellanos.
El problema, de acuerdo al propietario Manuel Hernández Delgado de Francisco Sarabia es que tanto las empresas como los intermediarios están ahogando a los productores: “Vienen unos de Zamora o de Jamay (Jalisco) y le pagan a uno a 4.25 el litro de leche y ellos la venden a la Nestle o a las procesadoras de Jalisco y a nosotros nos queda nada”.
Por lo regular la crianza de cabras o chivas es una actividad que involucra a todos los integrantes del núcleo familiar que se dividen las labores de pastoreo y ordeña que se realizan en patios o corrales sin las regulaciones sanitarias mínimas lo que, de acuerdo al entrevistado es uno de los pretextos de los intermediarios para reducir el precio de compra de la leche.
“Nos piden pruebas de laboratorio para pagarnos mejor pero no tenemos dinero para eso, si fuéramos criadores de vacas sería otra cosa a ellos sí les dan apoyos el gobierno”.
Agregó que sumado a las carencias que vive este sector los productores de leche de cabra sufren de manera recurrente la pérdida de unidades de producción tanto por el robo como por los ataques de animales ya que los animales son pastoreados cerca de los drenes donde continuamente son atacados por los perros de los agricultores.
“Nos roban y nos matan los animales y cuando uno va a denunciar no hacen caso porque dicen que cómo van a investigar el robo de un chivo”.
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